Pero Lincoln no estaba glosando la Biblia. Sus palabras formaban parte del discurso en el que aceptaba su nombramiento por el partido Republicano como candidato a senador por el Estado de Illinois en las elecciones de 1858. Uno de los dos senadores que correspondían a Illinois en el Senado, Stephen A. Douglas, se presentaba a la reelección por el partido Demócrata, y los republicanos nombraron candidato a Lincoln.
Durante la campaña, Lincoln y Douglas se enfrentaron en unos debates que se hicieron famosos, pero que no consiguieron que Lincoln fuera designado senador. Sin embargo, no se desanimó. A pesar de su fracaso siguió actuando como portavoz del partido Republicano en el Estado de Illinois: confesaba ser de los que "contemplan la esclavitud como un mal moral, social y político", y mantenía que tanto para él como para su partido "la esclavitud es un mal y hay que tratarlo como un mal, con la idea clara de que debe acabar y de que acabará".
LA GRAN DIVISIÓN
El tema de la esclavitud era el más candente en aquellos años, porque el país estaba creciendo hacia el Oeste, donde se formaban nuevos Estados. Ya se habían creado nueve cuando en 1820 Missouri pidió ingresar en la Unión como Estado esclavista, lo que creaba un problema: si se le admitía, se rompería el equilibrio existente en el Senado federal, que en aquel momento tenía el mismo número de senadores de uno y otro lado: esclavistas y contrarios a la esclavitud.
El equilibrio era importante porque todas las leyes federales tenían que ser aprobadas por las dos cámaras del Congreso
El equilibrio era importante porque todas las leyes federales tenían que ser aprobadas por las dos cámaras del Congreso, y mientras en el Senado se mantuviera la igualdad ningún bando podía prevalecer sobre el otro. Se produjo entonces el llamado "compromiso de Missouri", por el que se aceptaba a Missouri como Estado esclavista y a Maine como Estado libre, y se trazaba una línea que seguía el paralelo 36º 30’, al norte de la cual la esclavitud quedaba prohibida.
La paz duró poco porque los plantadores necesitaban nuevas tierras con las que saciar el hambre de algodón de las fábricas inglesas. Se produjeron nuevos compromisos hasta que en 1853 el Congreso federal creyó resolver el problema para siempre con la ley Kansas-Nebraska, que dejaba en manos de la soberanía popular la decisión de si un nuevo Estado sería esclavista o no. Una vez poblado un territorio, y cuando sus habitantes redactaran la Constitución para convertirse en Estado, decidirían por qué lado se inclinaban.
La ley no satisfizo a nadie: el Sur se sintió perjudicado porque no aceptaba que alguien pudiera trasladarse a cualquier territorio con su bien más valioso, los esclavos, y despertarse un día descubriendo que ya no era su propietario. El Norte, por su parte, se sintió ofendido porque esos territorios ya eran no esclavistas según el compromiso de Missouri. El 28 de febrero de 1854, un grupo de norteños opuestos a la ley Kansas-Nebraska fundó el partido Republicano, que creció rápidamente. Ese mismo verano ya presentaba candidatos al Congreso, y en 1856 presentó su primer candidato a la presidencia.
Cuando se acercaban las elecciones presidenciales de 1860, Lincoln creía tener pocas posibilidades de que el partido Republicano lo nombrara candidato, porque nunca había ocupado un cargo político importante, no tenía experiencia de gobierno y carecía de los contactos apropiados en la política y la prensa.
El éxito de sus discursos extendió su fama en el Norte mientras que el partido Demócrata, dividido, presentó dos candidatos distintos
No se desanimó, sino que hizo publicar sus debates de dos años antes con Douglas, lo que hizo que le invitaran a hablar en Nueva York. El éxito de sus discursos, ampliados por la prensa, hizo que le invitaran en otros Estados del Noroeste, y que se pensara en él como posible candidato a la presidencia, nombramiento que se produjo en mayo de 1860. El partido Demócrata, dividido, presentó un candidato en el Norte y otro en el Sur. Aún hubo un cuarto candidato, de un partido minoritario.
CAMINO DE LA CASA BLANCA
En aquella época, los candidatos no hacían campaña electoral. De esta tarea se ocupaban los miembros locales del partido. Los republicanos consiguieron que Lincoln fuera conocido y que el país se sintiera atraído por este personaje misterioso, de mirada triste, de pocas palabras, pero con un curioso sentido del humor, de caminar patoso –tenía los pies planos–, desproporcionadamente alto (medía 193 centímetros) y que parecía serlo aún más porque solía llevar sombrero de copa.
Se publicaron anécdotas de su vida que lo presentaban como un leñador que había trabajado en la construcción del ferrocarril, que apenas fue a la escuela, pero que había estudiado por su propia cuenta hasta convertirse en un próspero abogado. Y a quien sus clientes y amigos, abreviando su nombre de pila, llamaban "el honesto Abe" en alusión a su proverbial honradez.
El partido no hizo campaña en el Sur, pero se movió mucho en el Norte, donde miles de discursos, editoriales de periódico, carteles y folletos defendían a sus candidatos a los diversos cargos y presentaban a Lincoln como un hombre que se había hecho a sí mismo, como el típico hombre de frontera, de esa franja de terreno entre la civilización y el desconocido mundo de los indios.
Se resaltó el valor del trabajo de los hombres libres, por el que el hijo de un simple granjero –como Lincoln– podía, con su esfuerzo, llegar a la suprema magistratura del país. Sus enemigos, en cambio, preveían toda clase de desgracias si Lincoln era elegido, llegando a decir que al día siguiente de su elección el Norte se llenaría de ex esclavos que intentarían arrebatar a los blancos su puesto de trabajo.