El 7 de agosto de 1964 Estados Unidos entró de lleno en la guerra de Vietnam gracias al consenso (casi unánime) en la Resolución del Golfo de Tonkin. La ley autorizaba al presidente Lyndon B. Johnson a desplegar más fuerzas militares en el Sudeste Asiático, aunque el Congreso no hubiese declarado formalmente la guerra. EEUU prefirió atacar a la cautela. Todo ello en respuesta a los incidentes ocurridos el 4 del mismo mes, en los que se creía que dos de sus destructores habían sido atacados por las fuerzas navales de lo que por aquel entonces era Vietnam del Norte.
Tanto el USS Maddox como el USS Turner Joy pasaron horas en el desconcierto de una tormenta nocturna maniobrando para evadir lo que parecían torpedos. Disparon contra los blancos desplegados en sus radares. Eran cientos. Pero cuando el fragor de la batalla cesó, no se contabilizaron bajas enemigas y tampoco se detectaron navíos en retirada. Los acontecimientos de aquella noche en las aguas del mar del Sur de China nunca han sido debidamente explicados y, pese a ser uno de los mayores misterios en la historia militar del país, sirvieron de pretexto para abrir un capítulo más en la historia bélica de la Guerra Fría.
Lyndon B. Johnson: "Por lo que sé, nuestra Marina podría haber estado disparándole a ballenas"
Incluso horas después del incidente, la Marina de EEUU expresó dudas significativas de que aquello hubiese sido realmente un ataque. El capitán del Maddox, John Herrick, envió un mensaje a Washington haciendo patente su escepticismo: “La revisión hace que muchos de los contactos y torpedos de los que hemos informado ahora parezcan dudosos”. “Los extraños efectos del tiempo en el radar y la falta de sueño de sus operarios explican estos resultados. No hubo avistamientos visuales por parte del Maddox. Sugiero una evaluación completa antes de que se tomen nuevas medidas”, escribió.