En el despacho del fiscal Alejandro Carballo se presentó hoy un testigo que es un empleado judicial, quien habría visto a Sosa haciendo la fila para el ingreso al recital.
Ese testigo habría asistido al espectáculo junto a su hijo de 13 años. Y sería quien en una red social habría manifestado que vio cómo le pegaron a un chico que supone sería Sosa.
En el expediente policial, ese testigo habría manifestado que un joven, que podría ser Sosa, habría recibido un golpe de puño en uno de sus pómulos. Se investigará ahora –reveló un pesquisa– si ese posible agresor es un civil, un uniformado o personal de vigilancia privada que se contrata en este tipo de eventos masivos.
Si se mantiene esta versión, ese impacto tendría relación con la única lesión que tendría el cadáver de Sosa en el rostro, según confió una fuente con acceso al expediente.
Ese mismo investigador anticipó que el cuerpo de la víctima no presentaría lesiones evidentes de alguna presunta golpiza, sólo rastros de una contusión en el rostro y un posible rasguño en un brazo.
La autopsia, que se realizaría el viernes, podría revelar ese y otros enigmas, además de guiar el rumbo de la investigación, según lo anticipó el propio fiscal.
Hipótesis
Una fuente con acceso a la causa reveló que entre los numerosos testimonios que se receptaron no surgiría ningún dato respecto a la hipótesis proporcionada por la familia de Sosa sobre un presunto abuso policial.
Tampoco apareció ningún indicio de alguien que lo vio subir a un móvil policial o evidencias de la denuncia policial sobre su desaparición.
Hasta ahora los investigadores interpretarían que el joven habría salido del lugar del recital por sus propios medios.
Tampoco, hasta el momento, surgió alguna pista que asegure si asistió al recital, teniendo en cuenta que por ese motivo se trasladó desde su localidad bonaerense de Merlo hacia la pequeña localidad calamuchitana, donde se lo vio por última vez con vida.