La humanidad hizo contacto con una raza alienígena conocida como los alvinos. Al principio, parecían amistosos, pero rápidamente se reveló su verdadera intención: aprovechar la energía humana para sus propios fines.
Los alvinos descubrieron que la energía humana era una fuente increíblemente potente y eficiente de combustible para sus naves espaciales y dispositivos tecnológicos. En lugar de pedir permiso, los alvinos comenzaron a secuestrar a los humanos y a extraer su energía a la fuerza, dejando a las víctimas debilitadas y al borde de la muerte.
Los gobiernos mundiales, en lugar de unirse y luchar contra esta amenaza, decidieron cooperar con los alvinos para beneficiarse de su tecnología avanzada. En secreto, establecieron acuerdos con los alvinos para intercambiar a sus ciudadanos por tecnología y conocimiento avanzado, y así poder obtener beneficios económicos y políticos.
Mientras tanto, la población humana se reducía rápidamente debido a los secuestros y la extracción de energía. Los ciudadanos comenzaron a vivir en constante miedo de ser secuestrados por los alvinos y convertidos en baterías humanas. La vida se volvió deprimente y sin sentido, ya que la mayoría de la gente vivía en constante paranoia y desesperación.
Los líderes mundiales intentaron justificar sus acciones como un sacrificio necesario para obtener tecnología avanzada, pero la verdad es que vendieron a su propia gente por dinero y poder. La humanidad se convirtió en una fuente de combustible para los alvinos y en peones para los gobiernos del mundo, sin importar el costo humano.
Así es como la humanidad cayó en la trampa de los alvinos y se convirtió en esclavos de su propia tecnología avanzada. En su codicia y falta de consideración por la vida humana, los gobiernos del mundo sellaron el destino de la humanidad.
A medida que la extracción de energía humana se convirtió en un negocio rentable para los alvinos y los gobiernos del mundo, los ciudadanos comunes comenzaron a darse cuenta de la verdadera naturaleza de los acuerdos secretos. El descontento se propagó entre la población, pero cualquier intento de resistencia fue suprimido brutalmente por los gobiernos y sus fuerzas militares.
Los ciudadanos que se oponían a la extracción de energía humana se convirtieron en proscritos y fueron perseguidos por las fuerzas gubernamentales. Muchos de ellos se unieron en grupos clandestinos para luchar contra los alvinos y los gobiernos, pero su lucha parecía inútil ante la fuerza abrumadora de los poderosos.
La desesperación se extendió por todo el mundo mientras los ciudadanos se preguntaban si alguna vez volverían a vivir una vida normal. Los niños nacían en un mundo donde su destino estaba sellado desde el momento en que venían al mundo: ser esclavizados para proporcionar energía a los alvinos y a los gobiernos.
La humanidad había perdido toda su dignidad y su libertad, y se había convertido en una sombra de lo que solía ser. Los alvinos y los gobiernos no mostraban señales de detenerse en su explotación de la energía humana, y la población disminuía a un ritmo alarmante.
Sin embargo, en un giro inesperado del destino, un grupo de ciudadanos logró infiltrarse en una base alvina y descubrió una forma de desactivar los dispositivos de extracción de energía humana. Con la ayuda de los alvinos rebeldes que se oponían a la explotación de los humanos, los ciudadanos pudieron liberar a muchos de sus compañeros de esclavitud.
La lucha contra la extracción de energía humana aún continuaba, pero la chispa de la rebelión había encendido la esperanza en los corazones de los ciudadanos oprimidos. Sabían que la lucha sería difícil y peligrosa, pero también sabían que debían luchar por su libertad y su dignidad. Tal vez algún día, la humanidad podría liberarse de la explotación de los alvinos y los gobiernos, y recuperar su lugar en el universo. De Satanael
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