Debo confesar que he experimentado sucesos aterradores que me han mantenido en vilo por noches enteras. El más reciente de ellos ocurrió hace solo unos días atrás, en mi propia habitación.
Me desperté en medio de la noche y me di cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Unas formas oscuras y deformes se desplazaban por las paredes de mi habitación. Parecían estar dibujadas con tiza blanca y se movían con una lentitud espeluznante.
En un primer momento creí que se trataba de una ilusión creada por la falta de sueño, pero pronto me di cuenta de que eran algo mucho más siniestro. Las figuras no se limitaban a moverse por la pared, sino que parecían cobrar vida propia. Sus extremidades se alargaban y retorcían en formas imposibles, como si estuvieran tratando de escapar de la pared que las contenía.
Intenté gritar para llamar a mi criado, pero algo en mi garganta me impidió hacerlo. Solo pude observar con horror mientras los espectros se acercaban lentamente a mi cama. Sus caras eran sin rostro y sus ojos eran pozos oscuros que parecían absorber la luz de la habitación.
Finalmente, uno de los espectros se detuvo justo a mi lado. Pude sentir su frío aliento en mi rostro, y tuve la sensación de que estaba intentando comunicarse conmigo. Pero sus palabras eran incomprensibles y parecían provenir de un lugar más allá del tiempo y del espacio.
En un momento de valentía, intenté tocar al espectro, pero mi mano pasó a través de él como si fuera humo. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba frente a algo que no pertenecía a este mundo.
Desde esa noche, he sentido una presencia en mi habitación. Los espectros no han vuelto a aparecer, pero su presencia sigue siendo palpable. A menudo siento como si algo estuviera observándome desde la oscuridad, esperando a que baje la guardia para cobrar su venganza.
Puede que sea solo mi imaginación jugando malas pasadas, pero algo en mi interior me dice que los espectros dibujados en la pared eran algo mucho más siniestro que una simple ilusión. Algo que ni siquiera puedo comenzar a comprender.
He pasado noches enteras investigando y buscando respuestas sobre lo que ocurrió aquella noche. Pero cuanto más profundizo en mi investigación, más me doy cuenta de que lo que vi no tiene explicación lógica.
Incluso he intentado borrar los dibujos de las paredes, pero parecen haberse grabado en la superficie de tal forma que no hay forma de borrarlos. Los dibujos son como una marca permanente en mi habitación, una presencia constante que me recuerda aquella noche.
He llegado a la conclusión de que se trata de una especie de portal que se ha abierto en mi habitación, conectando nuestro mundo con otro más allá de nuestra comprensión. Y los espectros que vi eran habitantes de ese mundo, tratando de comunicarse conmigo de alguna manera.
Pero lo más aterrador de todo es que no puedo evitar sentir que este portal no se abrió por casualidad, sino que fui elegido para ser testigo de algo que no debería ser visto por ojos humanos. Algo que, de alguna forma, ha comenzado a desenrollarse en mi vida y que no tiene un final claro.
Desde aquella noche, he tratado de vivir mi vida lo más normalmente posible, pero siempre hay algo en mi habitación que me recuerda que lo que vi no fue una simple ilusión. Y no puedo evitar sentir que en algún momento, los espectros volverán a aparecer, y esta vez no estarán contentos solo con observarme.
Cada noche, me acuesto en mi cama y cierro los ojos con la esperanza de que los espectros no vuelvan. Pero sé que esa esperanza es en vano, porque algo me dice que su presencia en mi habitación no es algo que pueda ser evitado.