
No lo podía creer, se escurría en sus ojos el suplicio
Y yo tenía que tomar su vida en ese momento,
Tenia que hacerlo o morir yo en el intento.
Que noche tan amarga, que caricia tan helada la de ese viento,
A esas horas sin luna ya había perdido su aliento.
Pero, jamás salgo de ahí sin una herida,
Nunca he podido dar la vuelta con la mirada perdida,
Guardo las fotografias de una obra bien definida.
Lo he vuelto a hacer y no lo disfruto para nada
Aunque es mejor que no le haya herido justo en la mirada
Para qué pudiera verme tal como soy,
Después de eso, el tiro de gracia y me voy
Así,a donde vaya, sabrá a quien culpar
La duda no le impedirá quererse vengar.
Espero ya no encontrar a nadie más,
Esta sombra de muerte no me dejara jamás.
Que nadie se me acerque, porque seguro voy a dañarle,
Que nadie venga porque se que igual voy a destruirle...
Escrito hay un nombre más en la negra lista,
Ojalá que este ya sea el último, el más egoísta.