En un intento por frenar las crecientes tasas de VIH en Grecia, los desarrolladores de la
iniciativa indican que estos lugares son seguros. Las salas especializadas
proporcionan condiciones estériles para la toma de drogas, entre otras las jeringuillas,
así como asistencia por parte del personal médico. Sin embargo no se ofrece la propia
heroína, los que quieren inyectársela tienen que llevarla consigo.
De acuerdo con Sakis Papaconstantinou, director de Okana, la demanda en estas
salas está aumentando día a día y "es posible que pronto necesitemos más
instalaciones", reporta Reuters.