Así castiga Estado Islámico a sus combatientes que se infectan con sida

El grupo obliga a al menos 16 de sus militantes contagiados por VIH a llevar a cabo atentados suicidas.


Al menos 16 combatientes con VIH obligados a inmolarse (Reuters)Al menos 16 combatientes con VIH obligados a inmolarse (Reuters)
Muchas son las cosas que se han sabido en los últimos meses sobre la forma de reclutar de Estado Islámico, el adiestramiento que reciben sus militantes o el trato dado a sus prisioneros, mientras que hay otras muchas maneras de proceder que aún se desconocen. Sin embargo, gracias a los servicios de inteligencia o a las revelaciones de personas que de una manera o de otra han estado relacionadas con el grupo se puede ir desenmarañando el complejo mundo del Daesh. Y una de las últimas lo cierto es que no es ninguna tontería; cómo la organización está obligando a combatientes infectados con el VIH a inmolarse en ataques suicidas.
Pese a ser una de las cosas más desconocidas del grupo, se ha comprobado que hay un elevado número de militantes que han contraído el sida debido al alto consumo de drogas, así como por los antecedentes penales. Además frecuentemente intercambian esposas o esclavas sexuales, lo que provoca que el virus se propague rápidamente, debilitando al grupo. Una situación que ha puesto en alerta a los cabecillas que ya están buscando soluciones. Y como no podía ser de otra manera cuando nos referimos al Daesh, estas no pasan precisamente por el diálogo…
Al menos 16 combatientes, la mayoría de ellos extranjeros, que contrajeron el sida tras tener sexo sin protección con dos esclavas sexuales marroquíes han sido obligados a cometer atentados suicidas, según revela un médico obligado a tratarlos, tal y como cuenta el Daily Mail.
Se trata de una especie de último servicio para el grupo en el que el Daesh se asegura de seguir haciendo daño a sus enemigos y también ejemplifica a sus miembros y elimina de la organización a aquellos que pueden seguir extendiendo el sida. Tras conocerse que tenían el virus, fueron puestos en cuarentena, mientras que las dos mujeres huyeron por miedo a que Estado Islámico las ejecutase a ellas.
No es la primera vez que la organización tiene que lidiar con un caso similar, ya que en el mes de junio fue ejecutado un combatiente indonesio después de que contagiase el virus a una esclava sexual a sabiendas que lo tenía y después donase su sangre a un hospital del grupo, provocando que la persona que la recibió, así como dos saudíes que violaron a la chica se contagiasen también.

Y es que la forma de proceder de los altos cargos del Daesh ha demostrado ser muy poco compasiva ni con los enemigos ni con los propios miembros de la organización. Solo con mano dura e inspirando miedo creen que lograrán la obediencia de los suyos y el temor de los no lo son.

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