El templo a Baal Shamin era uno de los principales monumentos de las ruinas de la ciudad de Palmira, en Siria. Este pequeño edificio dedicado al dios fenicio Baal se construyó en el año 17 de nuestra era. No ha podido cumplir 2.000 años.
La organización terrorista autoproclamada como «Estado Islámico» lo ha volado con explosivos. Este templo ya no está en pie… El templo a Baal fue un lugar de peregrinaje para los pueblos semitas del mediterráneo oriental. Egipcios y Romanos ayudaron a reconstruirlo en los siglos II y III.
El edificio formaba parte, junto a toda Palmira, del patrimonio cultural mundial de la UNESCO. Este pasado domingo 23, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos ha informado de que el Estado Islámico ha provocado daños muy graves en la estructura de templo mediante explosivos. Los fanáticos del ISIS se hicieron con el control de Palmira en mayo de este año.
El grupo terrorista ya había utilizado el anfiteatro romano de la ciudad, próximo al templo, para realizar ejecuciones masivas de prisioneros rebeldes. Baal era una divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor.
Era el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad. La devastación del templo ha sido corroborada por el director del Departamento de Antigüedades y Museos Sirio, Maamoun Abdul-Karim, aunque las diversas fuentes no se ponen de acuerdo sobre la fecha exacta del suceso.
«Es un nuevo crimen de guerra y una pérdida inmensa para el pueblo sirio y para la humanidad», dijo Irina Bokova, directora general de la UNESCO, en un comunicado emitido desde la sede del organismo, en París. «La destrucción sistemática de símbolos que encarnan la diversidad cultural de Siria revela la verdadera intención de tales ataques, que privan a la población siria de su saber, su identidad y su historia», agregó.