Os juro por Allah que si la bala mata rápido, el tabaco lo hace lento. Allah Todopoderoso y Altísimo dice: "No que vuestras manos no os echen a perder llevándoos a la perdición”.
Fui probado por el tabaco durante meses, fumaba varios paquetes cada día desde mi juventud.
Yo estaba en Arafah en el medio día y me giré mientras tenía un cigarrillo en la mano y fumando observé alrededor de mí el conjunto de personas que había con las manos elevadas invocando a Allah.
En aquel lugar yo era el único que fumaba y llenaba mi boca de humo.
En ese mismo instante me dije a mí mismo que no lo dejaría (el cigarrillo).
Entonces reflexioné y puse mi cigarrillo así como el paquete de tabaco bajo mi pie, y los pisé, me lavé las manos con la gente y comencé a invocar a Allah.
De entre mis invocaciones fue que pedí a Allah –poderoso y majestuoso- que me preservara del tabaco y me alejara de él.
La alabanza es para Allah, dejé de fumar y ésa fue la última vez.
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