El negocio de los encuentros de motos: drogas, armas y prostitutas

Detrás del cinematográfico tiroteo que dejó malherido a Dani La Muerte hay una disputa mafiosa. Tráfico de drogas, “peajes” y prostitución. La guerra entre los americanizados Hells Angels y los Tehuelches nacionalistas.


Doscientas vainas servidas, cuatro heridos y catorce detenidos. Una escopeta 12/70, dos revólveres calibre 32 y dos 22, dos pistolas 9 milímetros, una calibre 22, otra calibre 6.35, otra 6.75, un cuchillo y cientos de municiones es el arsenal secuestrado por la policía tras los enfrentamientos entre dos bandas de motociclistas, los Hells Angels y los Tehuelches, el sábado 14 de mayo en Luján. La balacera dejó al reconocido guardaespaldas de famosos Daniel Díaz, alias “Dani La Muerte”, en la terapia intensiva del Hospital Nuestra Señora de Luján, con un respirador mecánico. Tenía nueve orificios de bala en su cuerpo.

Ante este cuadro sangriento, similar a cualquiera de los tres episodios del film Kill Bill, de Quentin Tarantino, las hipótesis ingenuas –como que el enfrentamiento derivó de una venta mal habida de una moto Harley Davidson, o por el chaleco blindado del guardaespaldas como botín de guerra– se derrumban.

Fuentes judiciales de Mercedes y de Luján consultadas por este medio no dudan en afirmar que tras el enfrentamiento en el oeste bonaerense hay un cruce de dádivas y negocios ilícitos dando vueltas por las rutas nacionales. A bordo de sus Harley, los grupos harían de avanzada a camiones que transportan cocaína, armas, mercadería robada o de contrabando. Mediante esa modalidad, las motos van surcando los caminos y avisan cuando hay retenes policiales. Los investigadores creen que esta disputa sería el resultado de un conflicto que arrastra a distintos actores detrás de este negocio, una empresa ilícita que resulta en un gran negocio que se paga con droga que después se distribuiría en eventos de motos, recitales y boliches.

Esta disputa explicaría una cadena de enfrentamientos de larga data, con heridos de bala y amenazas cruzadas en distintos encuentros de motociclistas. Hace unos años, en un mitin en Mercedes, el presidente de la agrupación de motos Los Lobos quedó en silla de ruedas por un balazo en un una reyerta con un integrante de los Hells Angels.

El arsenal de balas cruzadas a plena luz del sol estaría relacionado con tráfico de drogas, piratería del asfalto, cobro de comisiones en encuentros de motociclistas, aprietes, amenazas y golpizas: algunos de los pecados que la Justicia busca detectar detrás de la filial local de los Hells Angels, franquicia de la famosa organización que nació en los Estados Unidos a fines de la década del ’60.

Del bando de los Tehuelches, el sicario que acribilló a balazos a Daniel Díaz terminó junto a su víctima en el shockroom del hospital de Luján (Dani no tiene obra social ni prepaga). Se trata de Leonardo Miguel Gatto, herido tras recibir dos balazos en la ingle izquierda que le fracturaron la pelvis. Es uno de los líderes los Tehuelches, la agrupación de motociclistas de ideología nacionalista extrema, con sede en Chivilcoy. Para la Justicia, Gatto está como imputado por “tentativa de homicidio”.

Gatto es un personaje nefasto. De probada ideología nazi, se reconoció como tal en una entrevista publicada por el diario Clarín en 2007. Tras esa entrevista, en la que posó para las fotos exhibiendo una esvástica cosida en la campera de cuero de su agrupación, y una pistola Magnum en la cintura, fue exonerado de la Policía Bonaerense.

El ex policía participó de otro tiroteo con motos de por medio en 2010, en la ciudad de Arrecifes, en el que resultaron heridas dos personas. Junto a Gatto estaban otros dos integrantes de su grupo, Martín y José Luis Guerra. El enfrentamiento ocurrió en una parrilla ubicada sobre la ruta 8, cuando se dirigían a un encuentro de motoqueros. Gatto estaba armado con su pistola 9 mm reglamentaria y sus amigos portaban una escopeta.

De las 17 personas aprehendidas tras la balacera del sábado en plena ruta 5 y el cruce de la ruta 47, catorce quedaron en calidad de detenidas y el resto recuperó su libertad. Entre los imputados del bando de los Hells Angels aparece otro mecenas de la violencia que tuvo su espacio en los diarios. Se trata del ex boxeador Gustavo Mazzitelli, de 43 años, que en septiembre de 2014 fue denunciado por su ex pareja Andrea Franco, luego de que le diera una paliza que le dejó tres dientes fisurados, desplazamiento de mandíbula y tabique nasal y cuatro puntos de sutura en un labio.

Fuentes judiciales aseguran que Dani La Muerte, que fue imputado por tentativa de homicidio, no llegó a disparar pero habría amagado defender al líder de los Hells Angels de Argentina –hasta el 2014, se trataba de Mazzitelli; ahora sería Marcelo Sergio Mazza–, quien habría contratado como “culata” a Dani porque Gatto lo había amenazado. Ese temor refuerza la versión de una disputa por el territorio y el negocio de la droga. Según los investigadores, “por una moto o una campera nadie tira a matar así ni contrata guardaespaldas”.

Mazza y Rodrigo Zerboni –también detenidos tras la guerra de Luján– figuran en el registro del penal de Ezeiza: no como presos, sino como visitantes. En mayo de 2011, ambos ingresaron a ver a Paul Merle Eischeid, estadounidense y miembro de los Hell’s Angels, que escapó al país luego de apuñalar a una mujer y era intensamente buscado por las autoridades estadounidenses. En sus cuentas de Facebook se lee el petitorio de Change.org en el que solicitan que no sea extraditado a Arizona, donde le aplicarían la pena de muerte.

Mazza sería el propietario de la camioneta Ford patente ANG 658 que fue detenida en la ruta 47 y que habría atropellado a Marta Guanuco, de 39 años, que sería pareja de Gatto –algunos testigos la señalan como autora de disparos– y que terminó con politraumatismos, pero fuera de peligro.

Mazza es muy conocido en el ambiente motoquero: tiene un negocio en el centro de Berazategui desde hace veinte años, Mazza Performance Cycles. Además, produjo un programa de televisión en el canal Garage y participó de la exposición de vehículos clásicos y antiguos en Berazategui y de Expo Moto Gualeguaychú, donde posó con Evangelina Carrozo, la modelo que desfiló en bikini para visibilizar un reclamo de Greenpeace contra las papeleras.

Un integrante de los Tehuelches, que vive en Chivilcoy y pidió no dar su nombre debido a las circunstancias de la investigación, los señala como promotores de un sistema perverso: “Desde hace unos años, ante cada encuentro de motociclistas, ellos se quedan con un veinte o treinta por ciento de la recaudación. Se quedan con una parte ellos y otra la tienen que mandar a la central –dice el hombre–. Pero no solo es con las entradas: manejan la falopa, las bebidas y hasta son intermediarios en la contratación de las bandas de rock que van a los encuentros. Si contratan a una banda de música que te cobra 30.000 pesos, al organizador le cobran 60.000, y los obligan a tocar gratis en un próximo encuentro de los Hells Angels”.

En las redes sociales, fanáticos de estos encuentros de motos cruzan ideologías. Desde los Tehuelches se reconocen como una adaptación local de los Hell’s Angels pero con ideología nacionalista, contraria a las banderas yanquis que suelen flamear en las Harley de los Angels. “Tehuelches MC tiene historia (...) el fin es liberar al motociclismo del imperialismo… y que todo vuelva a ser como antes, que un motoencuentro sea familia y que no le tengas que dar a nadie un porcentaje de tu fiesta... espero lo hayan entendido, larga vida a los indios”, escribió la usuaria La Vane Russo en su muro.

“Un buen guardaespaldas anticipa lo que va a pasar”, supo decir La Muerte, el famoso guardaespaldas de figuras que van desde Ricardo Fort a Susana Giménez en el plano nacional hasta Marilyn Manson, Claudia Schiffer y Mickey Rourke en el plano internacional. A bordo de su fastuosa Harley, en la mañana del sábado Dani llevaba puesto su chaleco antibalas, que le salvaría la vida. Llevaba tres armas y más de 60 municiones en el momento del ataque. Un triste anticipo de lo que estaba por pasar y una muestra más de que a las armas las cargas el diablo y las descargan los que mucho esconden.
El principal testigo del tiroteo
“Fue una emboscada”
Martes 17 de mayo, 11 hs. El tráfico vehicular que circula por la rotonda que une la ruta nacional 5 y la provincial 47, a la altura de Luján, impide imaginar la feroz balacera ocurrida hace tres días, el 14 a las 8.30, entre dos grupos de motociclistas, Los Tehuelches y los Hells Angels.

Veintitrés estuvo en el lugar de los hechos y la crónica sangrienta de lo acontecido en el oeste bonaerense no deja lugar para las fantasías. El registro de las cientos de balas, graficadas mediante cuadrados blancos y puntos rojos sobre árboles, carteles y paredes por los peritos de balística de la Policía Bonaerense, cierra cualquier tipo de incredulidad.

En “la rotonda del TC”, como le dicen los lugareños al lugar donde hay un gran restaurante junto a una estación de servicio Axion, a menos de diez metros de donde Daniel Díaz León, famoso guardaespaldas conocido como “Dani La Muerte”, quedó tendido tras recibir por lo menos siete balazos, son muy pocos los que quieren hablar de los hechos. El miedo, el desconocimiento y la fugacidad con la que se sucedieron los instantes previos a los disparos atentan contra los rumores.

Sin embargo, hay un primer testigo de los hechos, que narró con precisión, a la Justicia y a esta revista, cómo fue el violento enfrentamiento. “Me dicen Gaucho”, aclara el hombre, a cargo de un puesto de chacinados y embutidos, mientras convida salame y queso casero. “Soy el primer testigo de los hechos. Estaba tomando mate y estos Tehuelches estaban acá, estacionados junto al puesto. Iban para Trenque Lauquen”, dice Osvaldo Paulitti. “Todo sucedió en menos de doce minutos: estos lo vieron venir al Dani y salieron a los balazos contra estos Hells Angels, que no eran más de cinco o seis en moto, acompañados por una camioneta Ford. Al principio, pensé que el ruido eran los caños de escape de las motos, pero cuando entendí lo que pasaba y vi la forma en que disparaban, me refugié atrás de un árbol. Cuando vi una recortada y las balas que picaban cerca, no me importó más nada. Desde acá iban tirando”, detalla el fanático de Newell’s Old Boys. “Dani cayó de la moto y cruzó la ruta solo, muy herido. Después de que lo cuetean, vi salir la chata Bronco rumbo al descampado donde está la gomería, buscando a este Leo Gatto, que le disparó al Dani y a una mujer que también disparaba y que luego terminó atropellada por la Ford. Cuando escucharon que venían los policías, los Tehuelches se fueron para el lado de Trenque Lauquen. Para mí, ellos armaron esta emboscada”.

Paulitti fue testigo del procedimiento policial. “Cada cosa que los policías sacaban de la moto del Dani, me la mostraban. Firmé todo. Tenía dos cachiporras de goma de milico, un cuchillo Rambo, cinco cartucheras de cuero con cargadores, un bolso marrón con una pistola tipo Magnum, una caja de balas de 50, dos tubos de gas pimienta y cuatro manoplas”, describió y sacó una conclusión lógica: “Si vos llevás armas, es porque algo tenés. Yo tengo el cuchillo acá para cortar el fiambre”.

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